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Mostrando entradas de enero, 2011

Proceso de selección

Dice la pizpireta Elsa Punset que una de las fórmulas más eficaces para superar un episodio de tristeza, consiste en coger la historia y contarla a otros de forma exageradamente dramatizada. De este modo, el triste evento se convierte en un sainete de Woody Allen y en vez de llorar te mueres de risa. Elsa , va por ti: Andaba yo nerviosa y emocionada ante la inminente segunda entrevista del proceso de selección donde participaba. Llegó el día y yo acudí monísima de la muerte y oliendo a frescor salvaje del Caribe. Comencé mi intervención, eso debo admitirlo, de forma bastante caótica, farfullando incoherentes latinajos mientras el jurado que más bien parecía el tribunal de los 300 me miraban fija y secamente con una mirada que, traducida al lenguaje verbal decía, más menos, “que- co - ño - stas - dic - iendo ”. Sin embargo, poco a poco, comencé a hilar algunas frases, hasta el punto que, al cabo de un rato, me acerqué bastante a ser candidata a un galardón de la categoría de “ nor

Las prisas, la conciliación y el conejo de Alicia

Hace meses que vengo analizando la estadística de uso del transporte público desde una perspectiva de género, de modo que puede decirse que tengo expertise en la materia...hoy lunes hay exactamente contadas 31 mujeres y 5 hombres ¿qué quiere decir esto? ¿quiere decir que una parte sustancial del sexo masculino se ha volatilizado , distraído o extinguido? ¿O significa, por contra, que las mujeres somos más ecológicas y preocupadas por las emisiones de gases, utilizamos más el transporte público...? ¿ninguna de las anteriores explicaciones es correcta? Las explicaciones sociológicas nunca son sencillas, entre otras cosas porque son la consecuencia del análisis de estructuras poliárquicas, difusas y dispersas, tan difusas y dispersas como lo son nuestras vidas dispersas y cuya suma y engranaje conforman las sociedades objeto de estudio. Pero si dejamos actuar el olfato, que es menos científico pero igualmente revelador, las pistas son claras: son las cinco menos cuarto y el porcent

La moraleja del cuento de la sombra y la luna

Hace unos años, ni muchos ni pocos, no es cuestión de salir del anonimato generacional por exceso de pistas. Pongamos, por ejemplo, que tuviera 30 pelaos y mi antiguo jefe, llamemosle en adelante RS 2D2, me hubiera prestado dos libros imprescindibles, una antología de Gil de Biedma y otro titulado "Vieja Amiga" de un tal Ortiz . Leí ambos libros muy motivada, en parte porque aún estimaba enormemente al sujeto y también porque siempre tengo las pupilas abiertas ante un buen poema. Sin embargo, la temática nostálgica y las constantes alusiones al paso del tiempo pronto me cansaron, dejándome un poso de desafección y la certeza de que esa no era mi historia. Hoy, tras leer el post del mítico George "La sombra de Javi " he comprendido por qué el " Carpe Diem " de Biedma y Ortiz era un viaje de ida y vuelta: A la ida una apura la vida al vivirla y literalmente coge la rosa sin pensarlo. A la vuelta, apurada ya la juventud, una comienza a tararear la can

Casi un diario

Las vacaciones y sus previos nos han dejado a todos out , off , fuera de juego, paradógicamente enajenados, quizás inevitablemente enajeados porque todo es "los otros", lo colectivo, la cena, la merienda, la quedada, las cervezas con amigos, conocidos y familias varias. Cuando uno vuelve al trabajo después de unas vacaciones, ni largas ni cortas, una semanita extensa, pongamos por caso, uno siente una especie de torpeza, de tristeza y de letargo. Algo similar a conversar en un idioma que se resiste o un amor en la distancia que se retoma en esas primeras horas tan lerdas. Regresamos con las manos en los bolsillos como el oso padintong (que fue de...) algo distintos, desafectados , bobalicones. Lo extraño es que en unos días, ese exceso de vida propia "extrañada" volverán a licuarse en el caudal de días laborales salpicados de sus consabidos descansos dominicales . Nuestras reflexiones ya no serán intimistas y retrospectivas sino volcadas en perder tres kilos o