Viento de levante

Si es cierto que hay cosas que se las lleva el viento, espero que se las lleve este viento de levante. Que se lleve las matrices y los mapas, que se lleve los recuerdos recurrentes de mi desencuentro laboral de los últimos años y esa secular sensación de fracaso de pacotilla. Lo demás, que es mucho, amarrado a mi estructura como un mástil se quedará: los juegos felices de los niños, bronceados y alegres en camas elas-tí-ca-tas, las dunas salvajes bajo el atardecer de Zahara (shiiii que no se entere nadie), la música indie sonando en el chiringuito "Los sueños", canciones que conozco de memoria sin saberlo, los revival de Oasis, Cold Play o los último de Russian Red. Permanecerán los cabellos revueltos del mítico con su torso de gladiador espartano y su terrestre sentido de la trascendencia. Javi jugando a las serpientes con las hojas de un pinsapo y Sara hablando con sus juguetes ajena al mundo, al olvido y al viento. Que se lleve todo menos lo importante. Porque hay cosas que el viento no se lleva. Como le pasaba al protagonista de La lluvia amarilla, de Julio Llamazares: Cuanto tiempo transcurrido desde entonces, cuanto tiempo y cuanto acero acumulado ya en mis huesos. Pero hay imágenes que permanecen adheridas a los ojos, como cristales transparentes, y que incorporan en el tiempo la sensación primera como si el ojo no fuera más que un simple espejo del paisaje y la mirada el único reflejo de sí mismo...Hay esencias de nuestra vida que poseen la naturaleza perenne del pinsapo, asideros a prueba del cierzo. Es eso que somos. El resto se lo lleva el levante que salta para raptar las nubes o traerlas, para revolvernos las cabezas y el aura y así dejarnos confundidos como al amante tras el orgasmo del aire, zarandeados por el abrazo del ogro que como la palmera agita sus brazos en el vaivén furioso de la pasión aérea, voraz, insaciable, que nos deja lánguidos, desmayados tras el amor, rendidos en la puesta de sol atlántica brumosa y casi onírica tras el vendaval escuchando la banda sonora de la guerra de las galaxias. Quien dijo crisis profesional...no me acuerdo ni de la contraseña del ordenador.

Comentarios

  1. Pues ese viento de levante ha soplado y ahora son otros aires los que te tocarán respirar. Seguro que lo único que no se ha llevado es el recuerdo compartido y los gratos momentos disfrutados (que han sido muchos, y nos lo pasamos pipa!) Bsotes

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  2. Esas risas que soplaban como el eco en la caverna, esos cafés aguados alternando en el vending, los tábanos y los abejorros de los últimos tiempos en el jardín asfáltico, tus ojos enrojecidos de emociones, tu sed de justicia. No me vengas con recuerdos, espero que te quedes conmigo y no te quedes inmovil al borde del camino, ni congeles el júbilo, ni quieras con desgana, ni reserves del mundo sólo un rincón tranquilo, ni dejes caer los párpados pesados como juicios, ni te salves ahora ni nunca.

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