Patologías del ego
Hay egos heridos a tortas o inflados a besos incondicionales inmerecidos. Y egos enanos, implosionados a cenizas, miserablemente rotos por aquellos otros desmedidos de manitas largas. - Pero, oye, tampoco pierdas el tiempo no es nada personal- Tan solo es que la compasión es ajena al ego del gigante. que viven sin diagnosticar y esos pobres gigantes sin grandeza esos egos gordos de piel estrecha van campando vacíos a sus anchas lo que dura un baile, una canción, una caña. Con su triste crueldad de escorpión oculta en la buchaca, carcomiendo a la vez como termitas. pusilánimes el mismo espectro fútil de su alma. Infames. Patógenos egos del espíritu vagando por el fondo abismal en qué habitan. Dislocados, como el Dios Jano mirándose a si mismo. Pobres egos desdoblados. Pobres vidas vividas con escafandra. Y las manos... pequeñas, asustadas lacerando sin saber las heridas de los justos.