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Mostrando entradas de 2018

Patologías del ego

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Hay egos heridos a tortas o inflados a besos incondicionales inmerecidos. Y egos enanos, implosionados a cenizas, miserablemente rotos por aquellos otros desmedidos de manitas largas. - Pero, oye, tampoco pierdas el tiempo no es nada personal-  Tan solo es  que la compasión es ajena al ego del gigante. que viven sin diagnosticar y esos pobres gigantes sin grandeza esos egos gordos de piel estrecha van campando vacíos a sus anchas lo que dura un baile, una canción, una caña. Con su triste crueldad de escorpión oculta en la buchaca, carcomiendo a la vez como termitas. pusilánimes el mismo espectro fútil de su alma. Infames. Patógenos egos del espíritu  vagando por el fondo abismal  en qué habitan.  Dislocados, como el Dios Jano mirándose a si mismo. Pobres egos desdoblados. Pobres vidas vividas con escafandra. Y las manos... pequeñas, asustadas lacerando sin saber las heridas de los justos.

Eliminar toxinas

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Que levante la mano  quien no necesite un exilio inmediato. Un exilio de veinte minutos Una cabezada. Que tire la primera piedra, o mejor  un avión de papel un trozo de pan, inocente, quien que no sueñe  con un retiro eventual al Portugal que mira al mar, que nos da la espalda. Un retiro donde mirar al horizonte marino  donde dicen que uno se vuelve ser humano en desarrollo y respirar. Qué empático cualquiera, poroso como un hueso de pollo, en demasía,  no requiere terapia en esta España que nos pintan doliente, en esta España que es también jovial, tabernera, artista  pero dirigida sin cesar al borde del suicidio recurrente. España...a quella que una vez juré amar con un amor de amiga sin fanfarrias. Esta España, que a ratos se reconcilia con su bandera  y ondea su patria en los balcones, es la misma que se empeñan en cocer  en el rencor  de su propia salsa,  expulsando a quienes náufragos,  hartos del furor cainita  aspiramos

Disfraces

Hoy me he maquillado como una puerta para darle con la puerta en las narices, con mi máscara de látex prudente, a la frívola impostura ante cuya voz me visto de valiente. Me travisto hoy de mujer serena que junta los muslos al sentarse que cierra la boca al masticar correcta, hablando políticamente para ocultar este rostro vulnerable. La victima número mil de una sincera torpeza pueril de una vacuidad insoportable. Hoy he sentido la necesidad primaria de pintarme la cara de clawn, ponerme la bola de espuma y la corbata extra grande que cubra ridículamente mi torso abatido. Porque estoy herida ya de muerte y resulta improcedente y chirría y enerva a los imbéciles mi cara de viva.

Estas son lentejas...

Toca reinventarse. Volver a la casilla de salida, civilizadamente.  Aceptar la derrota mediocre a manos de unos, solo superiores en número. Aceptar, como regla del juego.  Porque las lentejas son estas. Y no hay más. Toca mirar el folio en blanco, fijamente.  Como si fueran las moscas, con su distracción, las que evitan un buen verso o un breve relato. Y no el vacío, el vértigo, o la cara de boba que se nos queda a los perdedores  que civilizadamente deben aceptar la derrota y a la vez se escuchan y por dentro se dicen:   -una mierda-  así, haciendo notar mucho la erre. Pero que al minuto se vuelven a poner en la cola del paro, en la cola del pan. Porque las lentejas son estas y no hay más. Como aquel que coge el matamoscas y lo blande contra el viento y mata muchas moscas y al tanto vuelven otras tantas más. Irritantes, pertinaces.  En este verano tan suave y jamás tan lleno de moscas. Aceptando ya las moscas, tan superiores en número y aún la derrota

Nos partió un rayo

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Nos partió un rayo. Llegó de repente. No nos pusimos a salvo. -Como decía aquel poema de aquel poeta uruguayo- nos quisimos con ganas nos besamos con labios nos juzgamos con tiempo Recorrimos el camino y fuimos puentes, como decía aquel otro proverbio africano. Y aún así nos partió un rayo... Que inesperadamente abrió en canal más luz acumulada. Que dejó al descubierto este haz deslumbrante. Si, Nos partió. Pero Ahora somos más. Más pedazos de esa luz multiplicada. Dispersas luciérnagas somos ya Dando las gracias por afinidad, por amistad y por admiración. Conectados. Porque ese rayo nos partió conectados E iluminó a conciencia la consciencia de la inmensa hazaña. La fortaleza de estar desnudos y no sentir vergüenza sino orgullo, Orgullo de hormiga que habitó el tronco con afecto. Conscientes de este regalo, Escaso y ajeno para tantos. De vivir con corazón la desventura Sin la compañía de los cenizos y los tristes. -porque estás lágrimas que ruedan son de amor- En definitiva Nos pa

Poeta

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Hace dos décadas que no pesan nada. dos décadas ligeras como bailar en la vía láctea fui una mujer acuática que tiene mis ojos mi fragilidad con coraza mi lengua parlante y su chasquido mi melena en tormenta Esa que canta a los Counting Crows desgañitada. y que solo es enteramente feliz cuando flota en el agua. Hace dos décadas que soy poeta poeta de incógnito de sarcasmo extremo con seudónimo. Poeta sin bautizar con la fe intacta. Convencida de que las palabras son alimento animal cogido con amor por el rábano y no por las hojas flácidas de la rima o la obviedad. Mujer poeta soy desde los tiempos del cuaderno de espirales. Poeta de boli bic sin estrategia. Poeta de bus sin seguidores escribiendo sobre el muslo sus poemas ejemplares.

En las afueras

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Estoy tan fuera de mi Tan ajena Que solo veo árboles, humanos que se alejan, se cruzan,  encuentros casuales, turbinas, andamios,  pies de otros, zapatos feos, verjas de hierro, petunias,  desvíos provisionales,  pedestales,  mi historia que pasa y no es del todo mía. -no mía posesiva ni íntima.- Mía, porque pasa ante mis ojos y mi piel, de refilón.  A 50 civilizados km por hora. Pero para mí, la vida siempre será también un vídeo musical,  una pequeña sucesión de escenas, como hormigas en hilera,  versos con forma de luz tras las persianas,  sombras en la piel de las hojas de los árboles,  danza urbana de turbinas,  juegos de amor entre los andamios,  manos abiertas tintineando las verjas al pasar, ta-ta-ta-tatá,  miradas de flores frescas ungidas,  pedestales, donde subir la belleza y desvíos,  porque siempre hemos eludido la línea recta  y el atlétic ha ganado alguna copa de alguna liga. Y todo ocurre mientras una emoción se ahoga e

Me importa un camino

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Me doy la vuelta, inside out. Giro por completo la piel, que queda mirando las clavículas, las vértebras y las costillas. Por fuera me adornan ya un diafragma en tensión unos pulmones ansiosos un corazón. Soy tan soy ahora como fui al revés. Tanto y tanto soy en todos los planos. Costras y corazas cayeron. Porque el miedo dejó de ser excusa y parapeto. Me lo dijo un adivino hace años: cuando tu energía se ordene volarás. Por eso ando mudando las entrañas cambiando la luz el foco. Reconquistando la esperanza con alas en paz porque me importa un comino porque me importa tanto y tanto hoy el camino.

Los viajes del corazón

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¿No os pasa a veces que el tiempo da una vuelta a la manzana y os encuentra en el mismo momento existencial de hace unos años? ¿Que la vida está ordenada/desordenada en ciclos de entre 5-7 años de ir y volver? Son los viajes del corazón. Cuando una relee sus cosas, a menudo pasa que recompone hilos o que observa el movimiento pendular de algunos pensamientos, oscilando lentamente, de la pasión a la apatía, del activismo al exilio, de los sueños al pragmatismo para comprobar que estuvimos, en realidad, en todos esos lugares. Vuelvo a traer el post porque me viene como anillo al dedo y le pongo, esta vez, banda sonora: Tengo ganas de perderme en el Botánico. Mayo de 2011 Tengo ganas de perderme en el botánico. Supongo que es una fantasía recurrente, un fetichismo de libro. Le pasaba a Belén Gopegui en la  Escala de los mapas  con la manija de una ventana...así que lo mío es cosa sencilla. Mi intención es sumergirme entre los macizos de boj y permanecer allí muy quieta hasta que al a

Galopar con saturno

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¿Quien piensa en Saturno y le perdona el festín parricida? Quien piensa, pobre, como el escorpión de Esopo, no podía evitarlo... Yo tengo la certeza de un Saturno voraz que se come, -tic tac-  los niños crudos. Saturno con su afán, -tic tac- de hacer balances. Amigo Saturno escucha bien lo que te digo, esta vez -tac tic- voy a galopar sobre tu lomo. Y a atravesar, -el tiempo es relativo- con gozo atómico tus neutrinos. Esta vez, voy a sonreír viejo astro. Voy a ser feliz a borbotones yendo, de lado a lado, con mi lápiz en la boca feliz como Elsa Punset feliz como el demiurgo de los horóscopos del ABC. Así que ¡gracias universo! Gracias por lo grande y lo pequeño Gracias por la vez en la playa en que deseé y me ofreciste mejillones con patatas y cerveza fría en bandeja de plata. Gracias por darme alas por vibrar a mi compás -tic tac, tic tic tac-

Pasa todo

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Pasa todo. A todas horas.  Todos los días, año tras año. De manera acumulada, operística. En esta época  como cargada de electrones. Pasan las muertes, antes extrañas  y la vida, esa voz en off  del gran amor rellenando silencios. Y pasan las guerras, las bodas, los partos. Pasan las crisis, los cambios,  redundancia griega, los cambios de sexo, de piso, de gobierno. Pasan, de pasada, las pausas, mientras vemos nuestra historia, frenética fotogramas a fotograma. Convencidos de que hubo un tiempo tranquilo. donde solo pasaban las pequeñas cosas  que importaban. Los novios y las novias, las resacas, las noches  por Madrid en La Paloma y Malasaña. las notas, los libros, los viajes, las miradas. Y lo demás era un atrezzo transitorio. Espejismos de tiempos sin guerras, sin crisis, sin cambios. Ajenos, como éramos, a todo eso que pasaba  mientras todo pasaba.

Llueve en Madrid

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Llueve en Madrid de forma vulgar, como dirían los belgas, un día cualquiera: no llueve casi. La vulgaridad se expande como la niebla y todo lo cubre las corneas, los ventrículos las fachadas, los tejados, las aceras. Madrid se entumece, se deprime se troncha triste. En un ataque de lumbago, se echa la mano al lomo, abatido. La juventud no es ya más promesa utópica ni felicidad de párvulo el  puella amat rosam de las doncellas. Un Madrid en tecnicolor hortera postmoderno, y por ende, Ciclotímico Amargado Confundido en la frustración de niño pera de extrarradio. Cuando llueve así, como dirían los Belgas, un día cualquiera no hay terapia que enderece nuestras almas de sol nacidas ni esperanza que proclame la primavera.

Origami

Estar a solas y preguntarse si escogimos los pliegues o fue como dejarse llevar. Descubrir las curvadas aristas. Ir y venir. Doblarse. Una y otra vez. Al dictado de una fuerza centrípeta un factor de retención un anclaje. Y al tiempo, a una idea voladora -un com-pás- que viaja hacia fuera y por lo alto. Conmigo, en mí, ambas fuerzas. Papiroflexia en diálogo. Ir y venir. Doblarse. Hojas plegadas entre fuerzas contrincantes garzas volando, molinillos, cometas y un poso de dureza para decir, de tanto en tanto, basta. Basta. La  libertad para decir, yo fui doblando las esquinas. Yo sola. Porque eso hacemos los poetas sin oficio. Doblarse, una y otra vez, como un origami.